viernes, 26 de febrero de 2010

Lluvia de condones

Incómodo, pero tiene su encanto.
No me refiero al hecho de usar condón durante el intercambio de fluidos,
me refiero al hecho de que tu vieja a los 40 años le aterre ser abuela,
y al decidir entre lo que dice "San Expiator" y aparecer con un nieto;
deja de lado su túnica social y su rosario para regalarme 12 condones.
- Esto es por mientras te dan las pastillas

Cómo diablos adivinó que me encanta la cacha, en esa cantidad?
... curioso.

jueves, 25 de febrero de 2010

Una línea

Entré al baño con náuceas y una cajita blanca de cartón.
Casi en secreto me puse a armar la línea esperando drogarme
o no de responsabilidades obsoletas para mí "no necesarias".
Es que a los casi 21 años no necesito drogarme con chocolates
ni pañales. Sentía que una cámara barata me filmaba y que pronto
sería parte de un corto parisino, aunque decir eso es egocéntrico...y
debe estar machucando mis neuronas por el sólo hecho que odio al
jurado de "Santiago en 100 palabras"...
Con un vaso amarillo de plástico me abro de piernas en la posición
más erótica esperando eyacular pichí. Jamás temblaron tanto mis manos
y eso que tuve momentos de extrema falta de cordura y de corderos.
Con un gotario de plástico que tiene cara de espermatozoide (siendo que jamás
me han presentado uno en vivo y en directo) saco meado aceitoso, con olor a la
calle Bandera o Puente Cal y Canto. Tenía que depositarlo en un círculo,
mientras entraban 4 aceitosas gotas meditaba el hecho de que fuera un círculo
el destino de la vida.
Pensé algo vergonzoso que me hizo reflexionar que no se nada de la vida,
y que al no saber nada no estaba preparada para enseñarle nada a nadie.
La pantalla en mute se puso de un color rojo y pensé que lo había echado
a perder.
Salió una línea. Una línea era un avance, me sentía extasiada, los 4 minutos más
desgraciados en la vida de un drogadicto consumidor de extremidades.
Cuatro minutos, en cuatro minutos la vida es eterna,Víctor. No son 5, se nota que nunca
en tu vida te hiciste un test de embarazo.
Cuatro minutos, una línea... sólo una.
Me derrumbé como un puente construído por la arquitecta Adriana Barrientos(...)
Me senté frente al water a llorar desconsolada y consolándome con mi propio
destino.
Entró mi vieja con los ojos hinchados, con el corazón en la boca y la estaca en el brazo.
-Y?
-Nada, salió negativo.