A lo mejor mis historias dulces, florales y hasta
trapicables a la garganta de cualquier humano son
mentira, porque no existen. Las historias de amor
no son empíricas, son una paja mental de la que ya
me estoy aburriendo, en la que ya no entran más
personajes al parecer; y me tinca, que esta paja
mental va a empezar a ser corporal y ¿qué le vamos a hacer?
Un trabajo digno y aplaudido para perder la memoria, es ser puta y triste.
martes, 24 de marzo de 2009
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