sábado, 4 de abril de 2009

Sobrevuelo

Dejé de lado algunas cosas que me estaban
aburriendo para tomar una bolsa de supermercado
e irme de la casa unos días; era necesario el despelote
emocional para sanar una herida lumbar que me estaba
achacando durante las últimas siete vidas pasadas.
Me pasó algo rico y necesario (suena como si estuviese
hablando de un pene), pero la verdad me sobra imaginación
para ello. Hablo de un acontecimiento sobrenatural.
Me pude despedir en un trance de ti. Un hombre que amé
en las profundidades de la conciencia y en un maremoto cerebral,
todo ello, gracias a una clase de Yoga en la Escuela.
Y pensar en tantos encuentros dulces y carnales que tuvimos
(todos ellos en mi subconciente y en dos vidas pasadas) que
al parecer costaba tanto desligarme de tus cosas y tu postura,
pero ya lo hice, te despedí dignamente en una visualización
del Parque Forestal, una fría y otoñal tarde de abril, mientras
en mi walkman sonaban los temas de la Máquina de hacer Pájaros.
Estoy lista, renovada, como puta recobrando el primer beso en su
tierna juventud y la primera caricia deseosa de los dieciséis años.
Ya no se si me voy a seguir vendiendo emocionalmente, pero lo
que sí tengo claro, que una puta siempre usa un buen vestido
que después se saca cuando llega una buena oportunidad de entretener
la líbido y la buena vida / Emocional .-

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